miércoles, septiembre 27, 2006

Yo



Macho (no por patán, sino por bestia)

1.90m

96kg (ya bajé)

Mexicano de churro

Ateo por convicción

Soñador por religión

Epicureista si se me antoja

Existencialista cuando manejo y me enojo

Vivo sin drogas por amor y por puros huevos

Bebedor social

Fumador bajo presión

Soy fiel como ningún hombre que conozca

Soy un seductor enloquecido al servicio de una sóla mujer

Gusto de aullarle a la luna y de gruñirle a los autos

Tenía fama de malo, pero es que no me conocían

Habrá quien me odie o quien me envidie, y eso me llena de gusto

Habrá quien quiera matarme, y eso me da mucha risa

Soy un gran pedazo de carne haciendo temblar al mundo a su paso

Me conozco lo necesario para nunca tener miedo,
pero no lo suficiente como para dejar de sorprenderme.

Mis aspiraciones son muchas veces más grandes que mi talento,
pero nunca serán más grandes que mis ganas.

Enamorado como un maldito salvaje de la niña más linda del mundo.

Soy el Místico



Y le guste a quien le guste,
y le pese a quien le pese,
ya tengo 24 años aquí
y no tengo planes de irme pronto.

viernes, septiembre 15, 2006

El Túnel de Ernesto Sábato

La naturaleza oscura de la condición humana


La vida es un interminable y caótico juego de instantes listos para morir, nuestro viaje por el mundo es como un laberinto emocional inherentemente oscuro, en el cuál nuestra esperanza, nuestra fe y nuestra capacidad de amar, se sostienen de los más breves resplandores. El Túnel de Ernesto Sábato es una obra que explora el símil entre la vida y una serie de oscuros caminos apenas iluminados por segundos de luz. Una obra que trata sobre la imposibilidad del hombre para escapar a su naturaleza oscura.


Aunque esta novela tiene muchos temas posibles, este análisis se encargará particularmente de los siguientes elementos: el existencialismo, y el simbolismo del título. Mi propósito es establecer a la obra de El Túnel, como una exploración de la condición humana.


Ernesto Sábato no tiene la intención de escribir obras de felicidades o frivolidades. Esta novela por ejemplo no tiene una conclusión alegre ni tiene una moral final y mucho menos la intención de buscarla. Podría decirse que El túnel representa un diario de ficción: el lector explora los pensamientos ardientes y los forcejeos intensos de un hombre, su paranoia, sus sentimientos encontrados, su angustia; dejando la trama en un lugar más secundario.


Al autor le interesa más crear un Juan Pablo Castel que cautive al lector, que crear la historia de un asesinato, situación que percibimos desde el momento en que leemos las primeras palabras de la obra “Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne”. ¿Está contando el final?, quizás, pero incluso el mismo final de la obra se supedita a su objetivo fundamental, que es la exploración.


Muchos llegarían a considerar a Ernesto Sábato como existencialista, sin embargo, debemos tener en cuenta que Sábato fue famoso como un estudiante de ciencia y matemática, pero nunca trascendió como un gran filósofo (por lo menos no al principio). De cualquier forma, es evidente que sus obras tienen elementos existenciales. Una definición de existencialismo, la que más se aplicaría a la obra de Sábato podría ser la que se entiende a través de la obra de Sartre, una postura que “afirma la imposibilidad de trascender la existencia, y el consiguiente fracaso radical, inherente a la condición humana...”


Los personajes de Sábato y las situaciones satisfacen la definición. Como La metamorfosis de Franz Kafka y Notes from Underground de Fiodor Dostoevsky, El túnel es una novela pesimista que enfoca la incapacidad del hombre de controlar el mundo natural alrededor de él. Así también, Sábato ahonda en un aspecto más oscuro de las emociones humanas: la soledad, la frustración, la paranoia y la angustia emocional.


Estos son temas comunes en sus escrituras y también son populares con escritores existenciales. Por ejemplo, en El Túnel, el personaje principal, Juan Pablo Castel, es un pintor hermético de Buenos Aires; una ciudad muy fría y desinteresada según la novela. Castel, completamente aislado y loco, se encuentra atrapado dentro de su propio "túnel" de inseguridad, asesinato y rabia.


No hay cabida para el optimismo en El Túnel. El destino de Castel siempre fue oscuro, tal y como lo fuera el destino de Martín Santomé en La Tregua de Mario Benedetti. A Castel sólo se le conceden escapes, instantes que guarda en su corazón como bellos recuerdos de algo que no puede ser en su vida, pues finalmente, el único destino seguro que tiene es la soledad, una soledad que en verdad se merece por esa forma tan estúpida y posesiva de amar.


“El amor es la preocupación activa por la vida y el crecimiento de lo que amamos” decía Eric Fromm en El arte de amar, y lejos de eso, lo que al parecer siempre procuró Castel fue la destrucción de su ser amado y de él mismo. La conclusión de El Túnel es un finalmente un mensaje de desesperanza pues Castel, un prisionero físicamente y mentalmente, mira la ciudad a través de los barrotes de una cárcel.


Para intensificar las emociones del cuento y sus personajes, Sábato escoge narrar el cuento por medio de un narrador protagonista: Juan Pablo Castel. La estructura de la novela es simple y la declaración primaria como ya mencionamos, prepara al lector para una trama narrada por el protagonista y, también, para una historia relatada retrospectivamente.


Con la narración de Castel, el lector puede entender que Castel parece perdido en un laberinto de frustración y en consecuencia, indica la locura real que el sufre. El dialogo personal de Castel revela la obsesión que guía Castel dentro su Túnel hermético. Sin la narración de Castel, el lector no entendería la profundidad de sus emociones ni mucho menos su retorcida capacidad mental. Entonces, Sábato utiliza el estilo del monologo para revelar los pensamientos y las creencias de Castel.


Las declaraciones, los soliloquios y las acciones comunican mucho del hombre de Sábato y su visión del mundo. La novela, El Túnel, contiene creencias referentes a que la ciencia y el progreso industrial perjudican al individuo. Además, su protagonista, Castel, es un protagonista diferente porque, a diferencia de otros muchos, no puede escapar a su locura. Normalmente, los protagonistas de muchas obras, tienen éxito o cambian, pero Castel definitivamente toca fondo y no se le pintan esperanzas de salir.


El gran tema es la dificultad del protagonista para comunicarse en una sociedad progresiva. No puede relatarse con una sociedad que enfoca egocéntrica y moderna. Juan Pablo Castel necesita otra persona para comunicar y compartir sus ideas y emociones, necesita a María porque ella es su única razón en el mundo, su único contacto con un sistema en el que no está de acuerdo. Un sistema demasiado frío, progresivo e industrial para Castel.


El símbolo del Túnel, también una figura del mundo moderno, es muy importante. Es obvio que el titulo describe una trama sobre un túnel, pero este túnel es un laberinto de sentimiento y encarcelamiento. ¿Por qué Sábato escogió este símbolo? La vida de Castel es oscura y sin esperanza. Un túnel moderno y típico es desolado y tiene una oscuridad húmeda, habitado por una flora y una fauna decadente, ratas, vagabundos, drogadictos, hierbas que se niegan a morir y sueltan hedores ponzoñosos. Así es su narración, su narración es triste, lóbrega, furiosa. Es difícil imaginar un Túnel feliz y luminoso. Su incapacidad para comunicarse y la falta de comprensión de Maria y otras personas atrapan a Castel dentro de los límites de su propio "Túnel".


Castel se llegaba a imaginar que existían túneles paralelos, con ventanas dispuestas para dejar entrar breves resplandores o bien, permitir el encuentro fortuito entre dos seres que corren en su propia oscuridad. Los túneles paralelos son la forma que tiene la esperanza para Castel, sin embargo, en el que quizás sea el momento más sísmico de la obra, cuando se da cuenta del sin sentido y de la inutilidad de su existencia, dice: "… y en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida".


La conclusión del relato es como la conclusión de un túnel dónde en realidad nunca hubo una luz, dónde todo fue una farsa, o en palabras de Benedetti, una simple tregua; pero al final todo en realidad es negro. No hay luz verdadera, no hay luces reales en la vida del hombre real, estamos en un túnel en forma de laberinto donde nuestro destino es destruir lo que amamos, matar porque queremos morir, pero no sabemos cómo.


No hay salida de este infierno llamado mundo, sólo hay ventanas que nos muestran que las cosas pudieran ser de otro modo, pero no lo merecemos, no somos lo suficientemente buenos para tenerlo; esto es lo que nos plantea Sábato en una especie de autobiografía emocional que deja ver sus dudas acerca de la vida, y la duda es el principio de toda exploración.


El Túnel no se detiene en la narración de una historia, nadie que tenga el placer de leer ésta obra se quedará con la impresión de un pintor que mata a su novia. El lector reflexivo se quedará con la sensación, posiblemente desagradable, de haber encontrado algo de él mismo, de haber visitado profundidades oscuras de su propia naturaleza. El Túnel es la genial visión de la patética y oscura condición humana, es una exploración cruel que nos deja un hueco en el estómago.




“El suicidio seduce por su facilidad de aniquilación:
en un segundo, todo este absurdo universo
se derrumba como un gigantesco simulacro...”
Juan Pablo Castel

lunes, septiembre 04, 2006

Ethos

Soy vela que sólo vive si arde, si se quema, si se acaba

Soy el cristalino suspiro de una puta

La blasfemia en la sonrisa del ángel

La violencia justa
la sana crueldad, la sabia maldad
la venganza libre de culpa

Soy la mano siniestra, alzando una cerveza por la vida
y eructando sobre la diestra, que sólo supo beber clavos

El segundo que se sabe capaz de morir,
el instante que se sabe hecho de tiempo

Soy soledad admitida capaz de dar besos completos

Hocico lleno de rabia que sabe morder y ladrar,
soy gritos en el abismo que no temen a los ecos

Soy amar, amar hasta quedar hecho pedazos
amar con garras y colmillos y con todo y mis pecados

Soy la muerte del aire que existió entre nuestros labios

Soy libertad que se admite con todas sus consecuencias

Soy las ganas locas de estar vivo,
y el placer infinito de no tener otro remedio

Soy ética...

La ética suicida de Gur, el Místico