miércoles, mayo 13, 2009

Rosario

Por la señal de la santa cruz, donde solemos clavar a nuestros enemigos,
líbrame señor, de ti.

Amén


No creo en Dios, ni en su cielo ni en su tierra, ni en la obra ni en la gracia de nada.
No creo que tengas ni derecha ni izquierda para poder sentarme.

Amén


Allí estas bien, en el cielo,donde hacer tu voluntad es cosa tuya.
No te puedo pedir pan,ni necesito perdón para mis deudas.
Yo represento otra opción, libre de ti

Amén


No te salves María, no tiene ninguna gracia
el señor que es contigo no sabe de la vida, no la encara.

Salta María de las manos de Dios, y arrástrate y revuélcate entre nosotros los pecadores
ahora y en el instante de nuestras pequeñas muertes.

Amén


Gloria a mí, y a mis sentidos, y a la perversa libertad de mi alma.

Como era en un principio, ahora y siempre
o hasta que ocurra el olvido.

Amén


María, madre sin la gracia de una verga entre tus piernas,
defiéndete de tus enemigos y cierra con llave la puerta
pero con mayor seguridad la ventana.

Amén


No te Salves María, templo sin lumbre y sagrario vacío,
tristemente célebre y culpable de concebir sin pecado

No te salves, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza inútil.
No te salves, y escucha de verdad a los desterrados hijos de Eva,
y también suspira, y también gime, y también llora;
llora ante ese valle sangriento entre tus sábanas

Ea, pues, señora, abogada durante el día
vuelve en blanco esos tus ojos misericordiosos
y después de doce dolorosos gemidos
muéstranos el fruto bendito de tus labios sin la luz.

¡Oh Clemente!

¡Oh Piadosa!


¡OH DULCÍSIMA!



¡OH GRANDIOSA!



¡OH SIEMPRE SIEMPRE VIRGEN MARÍA!



Ruega por ti, Santa Madre de Dios,
y alcanza las promesas de este mundo con la yema de tus dedos.


Cordero de Dios, que castras el pecado del mundo.
Vuélvete sordo Señor
Cordero de Dios, que castras el pecado del mundo.
Cierra los ojos Señor
Cordero de Dios, que castras el pecado del mundo.
¡Sigue estando más allá de lo que somos nosotros!

Plurivalente y esporádico Dios, que con la complicidad del “Espíritu Santo”
preparaste el cuerpo de la GLORIOSA virgen María
para que fuese merecedora de tu patanería;
concédeme que por su deliciosa intercesión,
sea yo libre de tu eternidad,


Mas nunca me libres de tu misterio.


Amén