jueves, abril 03, 2008

Para enamorados

Hoy recordé algo:

El enamoramiento es fugaz

Si abrimos el diccionario, encontraremos que "enamoramiento" significa "amar algo apasionadamente". Pero si acudimos a los estudios de algunos psicólogos encontraremos incluso que el enamoramiento poco o nada tiene que ver con el amor.

"El enamoramiento es una investidura de objeto de las pulsiones sexuales que buscan la satisfacción sexual directa". Es decir, enamorarnos significa identificarnos y/o idealizar en extremo a alguien.

El enamoramiento es similar a la hipnósis; se produce la misma sumisión hacia el hipnotizador como al objeto o ser amado, dado que estos ocupan el lugar del ideal del yo; todo lo que es real para el hipnotizador o para el objeto es real para el yo, dado que el ideal del yo se encarga de examinar la realidad.

Quizás la única diferencia que existe entre enamoramiento e hipnósis es que en el primero la satisfacción psicosexual se pospone temporareamente, mientras que en la hipnósis no existe (salvo para algunos gandallas sin escrúpulos o para las apasionada fans de Tony Camo).

De ahí que existan tantos enamoradores, enamoradizos, enamorizcados, enamorados, amores perros, emos y demás fauna.

Recuerdo cierto día, me encontraba en la estación "Balderas" del metro del DF, iba rumbo a Coyoacán a visitar a una mujer de la que me enamoré después de un concierto de "posesión resucitada" (un grupo sólo para conocedores).

Entonces, desde el otro lado de las vías, me golpeó el tiro de cámara de dos ojos verdes como ranita de charco. Ella con rumbo a "Indios Verdes", yo con dirección a "Universidad". Nos miramos tan intensamente que ni el vertiginoso paso de los vagones invadiendo nuestro espacio juntos pudo hacernos parpadear, la bestia naranja se detuvo, ella caminó hasta la ventana más cercana a mis ojos... una sonrisa, un beso al viento... y nuestro enamoramiento duró solamente los instantes que tardaron nuestros caminos en separarse de forma absoluta.

Como casi todos.

Subí al metro, llegué a mi destino, y me enamoré un rato de la mujer que iba a ver desde un principio. Con esa mujer siempre me enamoraba a ratos, llegué a permitirme enamorarme de ella casi durante todo un fin de semana, el fin de semana que nos dijimos adios. La causa: ella se enamoró de más, y yo estaba arrebatadamente enamorado de alguien mas.

Y ese alguien resulta que es el amor de mi vida, mi fuego interno, mi musa, mi selva tormentosa, mi chiquita hermosa, mi eternisísima Yelena.

Sin embargo, no importando lo maravillosa que apareció frente a mí la primera vez que la vi y que nos vimos; sé, que tarde o temprano el enamoramiento por la Yelena de entonces se me hubiera acabado irremediablemente.

"Nosotros los de entonces, ya no somos los mismos"

El secreto para seguir enamorado no es pretender enamorarse arrebatadamente para siempre, yo de Yelena me habré enamorado al menos un millón de veces, algunas arrebatadamente, algunas peor.

Porque sigo encontrando en ella razones para enamorarme, porque me sigue fascinando, me sigue encantando, la sigo leyendo de mil formas distintas y descubriendo detalles que no estaban allí ayer, o antier o hace mil años.

Cómo no me voy a enamorar de ella, casi diario, casi a todas horas, casi cada segundo que me robo o que me sobra, si es inacabable, es infinita...

Mi inaudita mujer de arena


Justo en este instante, me estoy enamorando de forma perfecta.


El enamoramiento es una sensación fantástica, mágica, es una droga hermosa y es hermoso buscar pretextos para enamorarnos, sobre todo cuando nos enamoramos de la persona que amamos.

El amor es otra cosa, pienso yo.


En el amor observamos a esa persona sin el altar donde la teníamos encerrada, sin idealizarla, sin endiosarla. Observamos a esa hermosa persona como un ser lleno de defectos, como una persona que nos puede ser incluso desagradable o desquiciante de repente.

Las personas que amamos son humanos, sé que es una pendejada, pero habrá quien no se halla dado cuenta.

No podemos pretender que las personas no se muevan de las características que nosotros les atribuimos, no podemos aferrarnos a ideales narcisistas que nosotros decidimos proyectar en alguien más.

Yo creo firmemente, que el amor empieza sólo después de que termina el primer enamoramiento.

Si terminado el efecto de la hipnósis, nos dedicamos a conocer cómo es realmente ese ser humano que tanto nos fascinó, y descubrimos que aunque no es perfecto (y porque es imperfecto) es absolutamente maravilloso, y lo aceptamos como es, sin pretender hacerlo a imagen y semejanza de nuestras aspiraciones frustradas. Entonces realmente estamos hablando de amor; lo demás son mamadas.

Hay que darnos permiso de enamorarnos cada vez que nos sea posible, busquemos las excusas necesarias, busquemos esos rincones, abrámosle la puerta a esos ojos que nos fascinaron por dos minutos. Yo me he enamorado millones de veces de miles de mujeres, y me enamoro casi diario de la mujer que amo, y siempre me quedo con la sensación de que ser feliz es posible.

Otro de mis pequeños placeres: enamorarme

Pero el amor, para mí, va mas allá. Shrek lo dijo antes que yo: no hay príncipe azul, no hay princesa encantada, somos un montón de simios imperfectos buscando otro simio imperfecto que nos haga inmensamente felices en gran parte gracias a sus imperfecciones.

El amor es tener conciencia de toda la persona que amamos, todo lo que implica, todas sus consecuencias.

El verdadero amor tiene los pies en la tierra y los ojos bien abiertos.

¿Por qué hay tantos divorcios y separaciones?
¿Por qué las diferencias irreconciliables?
¿Por qué se apaga la llama?

¿Por qué se acaba el amor?

Algún pendejo dijo alguna vez que el amor era ciego.
El problema vino cuando los enamorados abrieron los ojos
y se conocieron por primera vez.

2 comentarios:

Solecin dijo...

No hay nada más triste que la muñeca de trapo remendada, que el espejo pulido pero estrellado.
No hay mayor dolencia que el lienzo perfecto estropeado por una cubetada de aguarrás. No hay pesar más grande que el la grieta compartida.
Intentar la reconstrucción no sirve, hay que dejar morir lo que fue y recomenzar (si es que se puede)del punto en el que nos hemos roto el hocico (ni un paso atrás, ni un paso adelante) porque un remiendo siempre será un remiendo. Los remiendos no sirven (son las cicatrices de la tela) sólo dejan depresiones como marcas purulentas que nos recuerdan el dolor del pasado.
Gran texto, pero he confesar que me partió la madre.

Makisue dijo...

A mi me conmovió bastante, wow, admiro ese hermoso sentimiento que tienes, maduro, centrado y volando con los pies en la tierra, soñando la realidad...

No dejes que se acabe!!! Y sé que no será así, porque estás enamorado y amas no a un fantasma, sino a alguien de carne y hueso :)Poca gente se puede jactar de ello.