sábado, marzo 29, 2008

Por hoy voy a llorar

Levantarme tarde y llorar
Darme un baño y llorar

Elegir una camisa azul y llorar
Elegir no peinarme y llorar

No ir al partido de americano y llorar

Hablar sólo con quien me quiera escuchar llorar
Con quien soporte verme llorar
Con quien sepa que puedo llorar

O fingir que sonrío, que no sufro, decir un chiste, reir y después,
a solas, como siempre, llorar

Desayunar queso y llorar

Mandar a la mierda al pendejo que me ofrece una línea de crédito y llorar

Prender el teclado, poner los sonidos de cuerdas, tocar algo triste y llorar

Ver "Alicia en el país de las maravillas" y en la escena del reloj loco, llorar

Arreglar los papeles del carro que voy a vender y llorar

Ver que allá afuera está soleado y llorar

Pensar en los errores de ese al que no puedo reclamarle nada de cualquier forma, encabronarme y llorar

Desearle la muerte a cuanto hijo de puta con poder que camine sobre el mundo y llorar

Descubrir que no hay señales claras en mi camino y llorar

Descubrir que de cualquier forma no tengo a dónde ir, y llorar

Mirar una cartulina llena de sueños y llorar

Mentarle la madre a un dios que no existe y llorar

Ver en el espejo a un imbécil ¡Un imbécil! que llora como histérico, burlarme de él, y llorar

Recordarla y llorar

Hablar con ella y llorar

Decirle que la amo, y llorar

Pensar en lo poco que tengo qué ofrecerle y llorar

¡Descubrir que no hay señales claras en mi camino y llorar!

¡Mentarle la madre a un dios que no existe y llorar!

Pensar que si existe como dicen, me odia, y llorar

Pensar que yo lo odiaría si me importara un carajo, y llorar

Descubrir lo mucho que mi visión me esta rebasando y llorar

Sentir la falta de fuerzas, y de talento, y de oportunidades, y de justicia, ¡y de suerte!
y llorar

Leer en el espejo "Nunca te rindas" ¡Y llorar!

¡Y berrear!

¡Y agarrar a madrazos una pared que no colapsa!

que no puedo vencer,

igual que al puto mundo

y llorar

Por hoy voy a llorar






pero no voy a rendirme

1 comentario:

Rodrigo Collado dijo...

Llorar, porque reconocer que tan hondo estamos es descubrir que tan alto estaremos... y entonces... Reír.