Tú, que me hiciste eso, y que me arruinaste ese día, ese puto día.
Tú que cada vez tienes mas nombres, y que cada vez me convences mas de que éste país merece su vetiginoso viaje sin frenos directo a la chingada.
Tú no te mereces ni mi odio ni mi desprecio, ni siquiera te mereces crujir debajo de mis botas después de molerte a golpes.
Sólo pediré que si Dios existe, me haga el milagro de clavarte de regreso por el coño de tu reputísima perra madre.
Jódete culero de mierda. ¡Jódete!
Nos volveremos a ver, y mi perdón te humillará más que mi venganza.
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