lunes, mayo 29, 2006

Abrán, el pequeño ser hostil

Una historia de la vida real

En el trabajo todo bien, nada se ofrece en todo el día, el status quo me regodea. Vuelvo a casa, veo una película sobre base ball de manufactura americana. Justo antes del emotivo final oigo el timbre, asómome a la ventana y el resplandor de unos lacios cabellos bañados de sol me confirma que el que toca a mi puerta es el Sr. Kubak (Kubas para algunos privilegiados).

Para que se entienda el relato, o para que tome el tinte indicado, creo que es necesario describir la apariencia física del buen Kubas a todos aquellos que no lo conocen. Y como me da hueva hacer descripciones los dejo con la imagen de alguien que se le parece un chingo:



Sí, es igualito. Y si le cambian la armadura por una camiseta blanca, le ponen gorra negra, jeans y lo trepan a un Volare destartalado, entonces tendremos al Kubak del sábado.

Pues en fin, nuestra intención es grabar un cortometraje al que yo le llamo "El infierno fosforescente de Kubak" pero que en realidad se entitula "Un cuarto propio". Un drama psicológico acerca del muy particular castigo eterno de un maniático obsesionado con una dama.

Ignoro la razón por la cual en vez de grabar en locaciones bonitas, limpias y desinfectadas; tenemos esa obsesión (u obsecación) por grabar en verdaderos cuchitriles llenos de polvo, óxido y hedor a rata almizclera. Buscábamos entonces un edificio con esas características, preferentemente con un pasillo.

Entonces, ante nuestros ojos aparece un edificio que cubría todas nuestras espectativas, un verdadero cadáver arquitectónico, una pocilga verdaderamente dantesca; un letrero que versaba "Proibido horinarse" confirmaba que era justo lo que queríamos.

Dimos una ojeada, olía a miados, había un estacionamiento, así que decidimos entrar a buscar al administrador del inmueble, Kubak entra primero y, como era de esperarse, todos los pares de ojos se dirigen hacia él y su metro con noventa centímetros de ascendencia polaca (lo bueno de ir con Kubak a donde sea es que en vez de que todo mundo me observe todo mundo lo observa). Entonces un pequeño ser, no precisamente en sus cavales, lo increpa con hostilidad:

- qué wey, ¿qué buscas eh?, ¿qué quieres?-

Kubak responde asustado - nada, no... nada nada-

Entonces yo pensé "¿pero qué no le iba a preguntar por el edificio?" y acto séquito pensé "¡me lleva la mierda! ¡ya le están encajando un fierro a ese cabrón!"

Acudí en su rescate, me percaté de que no había fierro alguno. Así mismo, noté que estábamos rodeados de tipos malencarados, aunque no tan feos como el pequeño ser hostil: chaparro, chimuelo, pelón, ojomeneado, lombriciento y en un evidente estado alterado de conciencia.

Algo como así:

Sí, es igualito. Y si a éste cabrón le tumbas los dientes de enfrente, le desvías un ojo, lo drogas, lo emborrachas y le pones una playera de "SER TEC" del ITESM Campus Toluca, entonces tendremos al pequeño ser hostil de la historia.

Al parecer él era el mas autorizado de aquel grupo de lacras asquerosas, así que me dirigí a él con respeto:

- queremos ver al administrador del edificio porque queremos grabar una película-

- soy yo mero, yo administro éste pinche edificio, qué pedo wey eh, qué pedo. A ver, vénganse cabrones- dijo, se sentó en su "escritorio", y nos tranquilizó al dejar claro que el asunto era entre él y nosotros - que esos cabrones se vayan a la verga- agregó.

Le expliqué el asunto a muy grandes rasgos, y a grandes rasgos nos contestó:

- Pueden hacer lo que se les inche, yo soy el pinche administrador-

- Pues somos estudiantes de cine - le dije - egresamos hace poco de esa escuela, del tec- no sé por qué vergas dije eso, y dije mas cosas y cosas y cosas, el pequeño ser hostil se impacientaba y dijo al fin:

- a mí ni me vengan con mamadas, cuánto me va a tocar para mi, si no no me hagan perder el tiempo-

-pues nosotros no tenemos dinero, pero usted díganos mas o menos en cuanto nos lo renta y ya vemos cómo le hacemos-

-por eso wey, a mí háblenme con la lana en la mano si no váyanse a la verga-

- pues primero vamos a ver el edificio entonces-

La verdad ya nos queríamos ir, pero no quería herir las suceptibilidades de aquel pequeño ser hostil, en cuanto al silencio de Kubak que parecía irritar a nuestro anfitrión, pensé en decirle "es que no habla bien español" pero luego pensé "no seas pendejo, si le digo eso si nos carga la verga".

Salimos a la calle, el edificio está en una esquina, cerca de la Alameda, y el pequeño nos dice orgulloso:

-Yo soy el prestanombres cabrón, soy como el dueño d´este pinche edificio wey- se dirige a Kubak y lo increpa -¿no sabes lo que es un prestanombres pendejo?, ¿eh?, ¿sabes o no sabes wey?- después agregó:

- iren, es desde aquí, hasta la pinche esquina-

-Pues sí nos sirve, de a cuánto pues-

-Pues tú dime wey, a mí háblame con la lana en la mano wey-

-Dos varos ¿cómo la ves?-

-¿Dos mil?-

- Sí, dos mil-

Nuestro anfitrión hace un gesto de aprovación. Al verlo de mejor humor decido preguntarle:

- Y a todo esto ¿cómo te llamas?-

Entonces el pequeño ser hostil se pone mesiánico y me dice:

- Eso nuuuunca lo vas a saber...-

- No wey, pues para saber por quién preguntar-

- Chingada madre, que soy prestanombres- se dirige a Kubak y lo increpa nuevamente -¿no sabes lo que es un prestanombres pendejo?, ¿eh?, ¿sabes o no sabes wey?

Me pareció lógico pensar en que si eres "prestanombres" pues te quedas sin un nombre para ti, así que no discutí.

- ¿Cuándo vienes?- preguntó

- De hoy en ocho- le contesté al instante

Fuimos al otro lado, el edificio era mas grande de lo que pude apreciar a simple vista. Quiero pensar que logramos compenetrarnos con el simpático sujeto, pues comenzó a platicarnos sobre su vida, su interior, su pasado y sus inquietudes

- Yo la hacía al alcohol y a las drogas... -

"Lo bueno es que le hacía" pensé.

- Yo salí de uno de los barrios mas bajos, y ahorita me acabo de echar dos nievazos, y me estoy echando un tequilita- el ser aspira el aire circundante como si su olor fuera el de un rosal

- Se te nota cabrón- le dije

- Y mi patrón me sacó de la calle y me dijo, tú me gustas para éste desmadre, y me puso a cuidar el pinche edificio...

Vuelve entonces a dirigirse a Kubak

-Yo soy el prestanombres wey, ¿no sabes lo que es un prestanombres pendejo?, ¿eh?, ¿sabes o no sabes wey?-

Kubak, harto de ser ofendido, y deseoso de que todo termine responde: -Sí si sé-

- Cabrón, no sabes lo que es un prestanombres pinche güerito-

-pues bueno, entonces así está el bizne- dije para cambiar el tema

- Pues sí, para eso está la lana, para las drogas y el alcohol -

- A huevo, no hay mas- celebré

- ¡A huevo!, iren, quieren lana, yo les invito, aquí llega mucha lana...- y nos presume con orgullo dos mugrientos billetes que traía en su bolsa, uno de a 50 y uno de a 20

- ¿Entonces tú tienes las llaves de todo?-

- Que sí wey, yo soy como el dueño d´este lugar. Ira, a mí háblame al chile, yo soy chilango-

- Pues a huevo, así se hablan los hombres- dije con orgullo

-Órale cabrón, ai s´tuvo, ¿tons cuándo vienes?-

-en ocho días cabrón, oye, ¿y tienes luz allí adentro?-

- ¡A huevo wey! si no yo veo cómo le hago, y nos colgamos y no hay pedo chingá-

- Pues ya estamos pues, muchas gracias cabrón-

-¿Y de qué es la película?, ¿va´ ber viejas? ¿puedo salir yo? salgo encuerado ahí echando pata y todo-

-No carnal, luego hacemos una de ficheras, pero éste pedo es mas artístico-

- Ps ´órale ¿Tons cuando vienes wey?-

Ya me llevaba la chingada con la memoria a corto plazo de nuestro anfitrión

-De hoy en ocho- respondí

-Ya vas... preguntas por Abrán (sic)

- Órale pinche Abrán, ahí nos vidrios, y te traigo tu lana pa que no halla pedo-

- Órale pues, si ustedes vienen de buena cuna weyes, pa qué se hacen-

-No cabrón- le contesté -si mira en lo que venimos-

-Sí- le dice Kubak señalando el volare desartalado como viendo una salida -mire nada mas, en ese llegamos-

-Eso es la pura finta cabrones, verda´pinche güerito, ¿de dónde eres inche güerito?-

Kubak luchaba por entrar a su auto y escapar, pero Abrán no dejaba de hacer bulla con él.

Iban pasando unas pubertas, Abrán se les acerca y les dice:

-no les gusta el güerito niñas, írenlo, si está re guapo verda´-

Las niñas, asustadas por Abrán (feo como pocos) y al mismo tiempo atraidas por Kubak (el prince charming de Lerma), fueron presas de la confusión, rieron nerviosas y echaron a correr.

-Órale güerito, ya te dieron jale wey-

- Ya vas Abrán- interrumpí para que Kubak pudiese cerrar su puerta y quedar a salvo del monstruo -nos vemos de hoy en ocho-

- Órale wey, adios pinche güerito-

- A í NOS vidrios - responde ligeramente forzado Kubak, intentando imitar la jerga y el acento del curioso aborigen.

Una vez en el auto, el color volvió al rostro de Kubak, rio, confesó que quería irse desde el primer momento y me dice entre otras cosas:

- Oye, pero dos varos es mucho varo-

- Pues sí, pero era para distraerlo-

-Entonces no vamos a grabar allí ¿verdad?

- Si conseguimos una compañía de 50 actores bien mamados y bien armados, podremos grabar sin ningún problema-

Esa fue la historia de Abrán, el pequeño ser hostil, si alguien piensa que exageré, está equivocado, fue un hecho real, sucitado el sábado 27 de mayo del 2006.

Si acaso mi memoria habrá transtornado algunos datos. Pero el pequeño ser hostil existe, y espero que nunca, nunca, nunca tengamos que encontrárnoslo de nuevo.



3 comentarios:

Solecin dijo...

Ja, ja, ja, no inventes!!!
Me reí todo el relato. Neta, me reí mucho mucho, sobre todo con las descripciones, el charming de Lerma y el '¿Sabes lo que es un prestanombres inche gûerito?' jajajaja. No manches... te rifaste. Creo que ni con Ibagûengoitia me había reído tanto. Que chido estuvo esto.

-- drama queen, sexy lady... whatever u wanted to call me dijo...

jaja. pues solecito que me pasó tu blog, me ganó el comentario de la risa. sigo riendome del principe encantador. es que me cae que si son igualitos y no lo había notado caray jajajajajjajajajajaja.

saludos gur.

Anónimo dijo...

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