martes, julio 11, 2006

De la luz a la sombra

La terrible naturaleza del genio


Como muchos, fui de los que se sentó en un sillón con cerveza en mano para ver la "Granfinaldelmundial". Pero más allá del triunfo de la escuadra italiana, de cómo se pararon en la cancha los equipos, de cómo se fueron dando las acciones, los goles, y todas esas vicisitudes; lo realmente importante es que pude sacar alguna reflexión de tan bárbaro placer.

Zidane, un perfecto ejemplo de lo que yo considero como un genio, llega a su retiro de la forma más escandalosa que pudimos haber imaginado. Zidane el pausado, el que es capaz de controlar el ritmo de un partido, como un verdadero director de orquesta, capaz de las más finas ejecuciones.

Poco sé de futbol, y por lo regular ni me gusta. Pero hay que reconocer cuando existen hombres fuera de serie, que en su disciplina son verdaderas encarnaciones de seres ultraterrenos capaces de fascinarnos, de conmovernos y de perturbarnos.

La manera en que Zidane se desempeñó durante el mundial me hizo sospechar que ese hombre era un genio. La forma en que cobró ese penalty en plena final casi me convenció, porque sólo alguien con los huevos muy grandes y la cabeza muy fria pudo cobrar de esa forma.

Pero lo que confirmó mis sospechas, lo que me dio razones suficientes para dar mi conclusión final, fue la tremenda violencia con la que el llamado Zizou estrelló su craneo contra el corazón de su rival.

Esa es la terrible naturaleza del genio, son seres extremadamente bipolares, son seres de largas piernas acostumbrados a caminar entre cumbres; y que cuando caen, lo hacen desde alturas inconcebibles, alturas que ningún simple mortal soportaria.

El hombre normal sabe que en la vida existe la posibilidad de ganar o de perder, de mil estilos formas y colores. Como campeón sin corona se puede ganar perdiendo, como Felipe Calderón (cero legitimidad) se puede perder ganando. La diferencia es que para el genio existen las mismas mil formas de perder, pero solamente una forma de ganar.

El genio puede ir por la vida perdiendo, perdiendo en todo, perdiéndolo todo a su alrededor. Pero con una sóla vez que triunfe, lo hará de tal forma, que sin importar todo lo terrible que pudo hacer en su vida, pasará a la historia como un grande, como alguien que fue capaz de ir mas allá.

El mundo olvidará sus vicios, sus amantes, sus fetiches. El mundo será capaz de olvidar el daño que pudo hacer como persona porque ha logrado trascender como un héroe. Absolvo ta peccatorum porque le has dado a la humanidad el privilegio de saber de ti, y de fascinarse con tu obra.

Así hemos perdonado siempre a nuestros genios, esos inestables seres, incapaces de soportar su propia naturaleza, siempre locos de sí mismos, siempre llenos de furiosa fuerza dispuesta a crear y a destruir a destajo. Son los seres más terribles quienes nos han entregado las obras humanas más hermosas.

Esa es la terrible naturaleza del genio, que va de la luz a la sombra en pasos muy cortos. Pero cuyas luminosas obras alcanzan y sobran para lavar los pecados de su oscuridad.

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